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MOTIVACIÓN DE QUIENES REALIZAN TAREAS REPETITIVAS

MOTIVACIÓN DE QUIENES REALIZAN TAREAS REPETITIVAS

Consideramos a los empleados que hacen trabajos estandarizados y repetitivos. Por ejemplo, el trabajo en una línea de montaje o la transcripción de informes de tribunales son empleos aburridos y aun tensos.

Motivar a quienes ocupan estos puestos se hace más fácil con una cuidadosa selección del personal, pues es variable la tolerancia de la gente a la ambigüedad. Muchos individuos prefieren trabajos con la menor libertad y variedad y, desde luego, concuerdan mejor con puestos estandarizados que quienes tienen necesidades intensas de crecimiento y autonomía. Los trabajos estandarizados también deben ser los primeros en considerarse para automatizarlos.

Esto explica las razones de la administración para instalar cajeros automáticos en los bancos, máquinas despachadoras de refresco en los restaurantes de comida rápida y mostradores de registro operados por los clientes en los aeropuertos.

Muchos puestos estandarizados pagan bien, sobre todo en el sector de las manufacturas. Esto hace que ocuparlos sea relativamente fácil. Al tiempo que un salario elevado alivia los problemas de reclutamiento y reduce la rotación, no aumenta necesariamente la motivación de los trabajadores. En términos realistas, son trabajos que no se prestan para volverlos más estimulantes o realistas ni para rediseñarlos. Por ejemplo, algunas tareas se hacen con más eficacia en las líneas de montaje que en equipos, lo que deja pocas alternativas. Quizá no sea posible hacer mucho más que tratar de volver tolerable una mala situación estableciendo un ambiente de trabajo agradable, lo que incluiría un entorno limpio y atractivo, descansos suficientes, la oportunidad de socializar con los colegas en esos descansos y tener supervisores comprensivos.